sábado, 18 de agosto de 2012

Capitulo 7


Llevaban medio día de camino A.J se había adaptado muy bien en el barco de los mugiwaras sobre todo con el pequeño renito de la tripulación. Los dos eran médicos con lo cual tenían siempre tema de conversación la pequeña neko le ayudaba ha hacer sus nuevas medicinas.
A la hora de cenar Atsuko se encontraba escuchando atentamente una de las historias de Usopp absorta en la mesa de la cocina, acompañado del renito claro estaba.

-Y así es como encontré el tesoro más grande que he visto nunca- finalizó de contar el moreno

-Impresionante…- dijo Atsuko aun absorta

-¡Y salvaste a una chica! ¡Qué valiente eres!- le alagó el renito

-No me puedo creer que os creáis esas cosas…- comentó Sanji mientras removía un caldo

El rubio normalmente no se metía en las historias contadas por el franco tirador, al fin y al cabo eran historias inventadas por él pero… justo cuando estaba consiguiendo olvidarse de la rubia Usopp… ¡describió a la chica a la que salvó igual que a ella!

-¡SANJI QUIERO COMER!- le gritó Luffy sacándolo de sus pensamientos- ¡Date prisa!

-¡Ya va, ya va!- respondió de mala gana mientras seguía preparando la cena
Tras unos minutos de espera la cena se encontraba servida y lista en la mesa  el primero que se sentó fue Luffy el cual empezó a devorar la comida casi comiéndose la de sus nakamas. El segundo en empezar a comer fue Usopp que a una velocidad más moderada comía todo lo que pilla y por último el pequeño renito empezó a comer con la misma rapidez que su amigo el franco tirador.

La cena había acabado con cierta rapidez ahora en aquel momento se encontraban tomando el café, más bien los únicos que estaba bebiendo el preciado liquido marrón eran Nami, Robin e Sanji.

-Bien llegaremos a la isla de A.J mañana al atardecer, - les empezó a decir la navegante mientras colocaba el mapa de la isla en la mesa- hay unos en el norte de la isla con lo cual no podremos ir por allí… Esos piratas no deben vernos, tenemos que pasar inadvertidos

-¿Pero cómo?- preguntó Usopp

-Nuestro barco es pequeño pero se ve perfectamente desde lejos…- dijo Sanji

-Tal vez… si escondemos la bandera y las velas pasaríamos inadvertidos- sugirió Robin bebiendo del café

-Sin velas no podemos mover el barco- dijo Zoro

-No hace falta las velas…- empezó a decir A.J- hay unas corrientes muy fuertes al sur de la isla podemos cogerlas perfectamente y nos llevarán a una playa

-¡Perfecto!- dijo Chopper feliz

****

Las píldoras no aparecían, en ningún lugar en los que habían buscado se encontraban… Había removido bastantes lugares posibles pero nada, no aparecían… Uno de los secuaces del pirata Watanabe  andaba nervioso, si no las encontraban moriría… Si no las encontraba en lo que quedaba de día… acabaría enterrado bajo un montón de arena o peor… quemado.

-¿Las encuentras o no las encuentras?- preguntó la mano derecha del capitán detrás del hombre- Se impacienta, se te agota el tiempo tic… tac…

-Pronto… solo es cuestión de tiempo…

-Tiempo que no tienes… Te quedan cinco horas… aunque… te doy hasta mañana por la noche, me divierte tu fustración…- dijo con una sonrisa y entre la oscuridad de la noche desapareció como la brisa de la noche… 

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(No firmo porque estoy en mi pueblo)

viernes, 22 de junio de 2012

Capitulo 6

-Es que... mi isla siempre ha sido el lugar donde los piratas anclan sus barcos para provisiones... pero hace un mes unos piratas asesinos anclaron en nuestra aldea... arrasaron y quemaron todo lo innecesario para ellos... En mi aldea no usamamos mucho la violencia... no nos gusta... allí tenemos buenos médicos, capaces de curar enfermedades muy complicadas. Yo vivo con mi oka-san... y ella hizo unas pildoras que puede darte más fuerza... pero solo dura unos poco minutos. Mi oka-san me dejó al cuidado de esas pildoras... nadie podía tomarlas, eran peligrosas ya que alteraban al corazón y sus efectos secundarios eran simples... si tomas en exceso puede darte un paro cardíaco... Las pildoras nos ayudaron a pelear contra algunos piratas. Las pildoras se hicieron famosas y se hicieron famosas por todo Grand Line... Entonces vinieron esos piratas... quería encontrar esas pildoras a como diera lugar y yo las tenía que proteger... nadie las podía tomar y cuando me encontraron me amenazaron y me fui corriendo. Cuando salí de la aldea llegué al bosque... me caí por un acantilado y un tiburón blanco me comió por suerte vosotros me salvasteis antes de que se me acabara el oxígeno. ¡Por eso ahora tengo que volver!- les contó A.J, miró a Nami- Por favor...

La navegante había escuchado toda la historia pensativa, unos piratas habían arrasado su aldea... igual que a ella... Nami miró a A.J, sus ojitos mostraban mucha suplica... tras pensarlo un minuto sonrió.

-De acuerdo- contestó mientras le guiñaba un ojo- , solo dime por donde está tu isla y iremos en un instante- la navegante salió de la cocina- ¡Oi nina! ¡Cambiamos el rumbo! ¿Entendido?

-¿Eh? ¿Por qué?-preguntó Usopp algo sorprendido

-Os presento a Atsuko- dijo Nami dejando ver a la pequeñita neko- y como Luffy ha decidido que la vamos a ayudar... Yo cumplo las ordenes- le contestó Nami con una radiente sonrisa

Todos se pusieron en sus puestos y hicieron cambiar el rumbo del barco hacia estribor, Luffy se encontraba en la proa del barco (en la cabeza del Merry) emocionado y mirando todo lo que estaba delante suyo...

-¡Oi A.J! ¿Cómo es tu isla?- preguntó curioso Luffy mirando al frente- ¿Tiene alguna forma?

-Pues no... -dijo pensativa

-¿Pero no habias dicho que tenía forma de médico?

-¡Baka, ha dicho que había muchos médicos! ¿¡Escuchas cuando te hablan?!- le gritó Nami histérica

La ojiazul se rió ante la reacción de la navegante y lo simpático que era Luffy... le gustaba. No era como otros piratas con los que se había topado en su aldea... Era simpático, gracioso y además no se preocupaba demasiado de las cosas... sin duda, los piratas sanguinarios no se parecían a él...
Un sabroso olor a pescado a la brasa le llegó al olfato... olía muy bien... ¿quien habría hecho aquel manjar? Volvió a anspirar el olor, olía tan bien que sus tripas rugieron.

-¿Tienes hambre?- le preguntó curioso el pequeñito Chopper

-¡Ala! Un renito que habla- dijo sorprendida A.J

-¡No soy un mapache! ¿Eh...? ¿Has dicho renito?- Chopper se había asombrado... todo el mundo le confundía con aquel animal pero ella no- ¡Baka no soy un renito! ¡No soy pequeño!- le contestó haciendo cosas raras

La rubia se rió.

-Chopper es nuestro médico- dijo Usopp creando un arma- , cuando le alagan, pasa esto. No te lo tomes muy a mal...- el moreno se rió- Me llamo Usopp, el GRAN capitán Usopp, ¿sabías qué de pequeño luché con un rey marino?

-¿¡En serio?!- dijo asombrada A.J- ¡Qué valiente eres! Yo soy Atsuko Joy... tengo seis años... aunque en vuestra edad tendré... catorce

-¿Seis?- Usopp la miró- Que pequeña eres...

-Lo sé- dijo riendose

Sanji les llamó poco después para comer, tal y como le había dicho antes Luffy hoy para comer había tiburón brasa, A.J se sorprendió al ver tanta comida, solo eran ocho personas para tanta comida... Entonces se dió cuenta de que el moreno con el sombrero de paja, ¡comía como tres personas! Enguñía todo lo que estaba delante suyo y si no fuera porque el cocinero le pega y regañaba comería todo lo que estuviera en los otros platos.
La ojiazul no se demoró y comió su parte con mucho gusto, el pescado no estaba seco y tenía una salsa muy sabrosa de la cual, no podía descubrir que ingredientes llevaba... Tras haber acabado el postre llegó pronto. Eran los helados de la noche anterior y al capitán le salió un grito de alegría.

-¡Arigato Sanji!- dijo mientras comía lo más rápido que podía

-¡Luffy no comas tan rápido que te va a doler la tripa!- le gritó el médico de abordo mientras le pegaba

-Pero es que... ¡está muy rico!- se inculpó Luffy

-Nadie te lo va a quitar- dijo entre un suspiro la navegante-, tranquilizate y tomatelo despacio, ¿me has oido?

-Hai~ - respondió Luffy mientras comía mucho más despacio

Después de comer Atsuko junto con Chopper escuchaban atentamente una de las formidables historias inventadas de Usopp. Los dos pequeñitos estaban tan asombrados que solo atendían a las palabras que el moreno ponía, a veces este, ponía tanta drama que Luffy se reía de su exageración; sin embargo, los dos usuarios de abrían mucho la boca, por el asombro.

-Sugoi... eres increible Usopp-kun- dijo con estrellitas en los ojos la ojiazul- , ¿y acabaste con el monstruo marino?

-¡Claro que sí!- dijo sobrado el francotirador- Pero me hizo una cicatriz tan grande en el pecho que a veces me duele...- les contó con dramatismo

-¿¡Eh?!- dijo más asombrado Chopper- ¡Pero yo nunca te la he visto!

-Hace años que se me quitó, recuerda que... ¡Luché contra ese bicho hace ya más de diez años!

-¡Sugooooi!- gritaron los dos a la vez

-¿En serio que se pueden creer esas tonterías?- le murmuró Nami a Robin algo más alejados

La arqueologa se rió.

-Son pequeños, es normal que se lo crean...- le contestó tranquilamente mientras leía uno de sus libros

****

Los piratas removieron todos los rincones de aquella enorme casa, no encontraron nada, rompieron todo intentanto encontrar alguna pista que les llevara a las pildoras... Nada, esa chica se había llevado el secreto con ella a la tumba. Uno de ellos rompió una mesa lleno de ira, si no encontraban esas pildoras... Su capitán los mataría a todos...

-¡Rápido seguir buscando!- gritó

-Vaya, vaya... ¿no lo encontrais?- dijo una voz divertida detrás suyo, el hombre tragó saliva al oirle... ese hombre era la mano derecha de su capitán

-N-no señor...- le contestó tras unos segundos

-Vaya...- suspiró cansado- encontrarlo de una maldita vez... encontrarlo... El capitán se impacienta

-Sí, señor...

Tal y como vino, la mano derecha del capitán desapareció. El hombre se dió la vuelta y un enorme de charco se encontraba justo donde había estado... al parecer había torturado hasta el final a alguien que sabía donde estaban las pildoras...



lunes, 18 de junio de 2012

Capitulo 5

Cuando salió a la cubierta vió a todos mirando por cubierta, Luffy estaba asombrado y unas estrellitas brillaban en sus ojos... Fuera lo que fuera no pareca tan serio si Luffy estaba encantado con aquello que habia chocado con el barco.

-¿Qué pasa?- preguntó Sanji acercandose a ellos

-Sugoi!!- gritó Luffy- Es increible... lo quiero lo quiero...

- No es una cosa... se mueve... - dijo Usopp- ¡Esa cosa casi rompe el barco!

-Yo creo que es una ballena- dijo Robin entre risas

Sanji se asomó a cubierta y miró hacia donde todos miraban... tenía que ser interesante para que Robin estuviera ahí.. Nada más asomar la cabeza vió una enorme ballena negra que había chocado contra el barco.

-Es una ballena- afirmó Sanji

-¡Pues vamos a comernosla! ¡Sanji cocinala!- dijo Luffy con una baba enorme cayendo de su boca

-No es una ballena...- dijo Chopper de improviso- es un tiburón blanco... Piensa que el Merry es un pez...

-¡Pues no se parece en nada! -gritó Usopp ofendido, ya que el barco era un regalo de su amiga Kaya

Zoro mató al enorme tiburón y lo llevó a cubierta... medía unos dos metros y medio y sus dientes afilados aterrorizaron a Usopp y Chopper. Luffy insitió en que quería comerse aquel enorme pez y sin más remedio Sanji tuvo que hacerle caso, al fin y al cabo era su capitán y posiblemente limpiar y preparar comida con ese pez le ayudaría a quitarse de la cabeza esos ojos rojos...

Después de desayunar y limpiar todo empezó a limpiar al enorme tiburón, con un cuchillo muy afilado le abrió la tripa para sacarle todos los organos inecesarios. Nada más abrir la tripa vió como algo se movía dentro de aquel bicho muerto.

-¿Pero qué?- preguntó asombrado Sanji al ver unas orejitas cubiertas por una capucha rosa

-Sanji, ¿cuánto falta para...- Luffy entró en la cocina y se fijó en lo que estaba saliendo de las tripas de aquel bicho- ¡ESE TIBURÓN VA A PARIR!

-BAKA, ¡ESTÁ MUERTO! ¿¡CÓMO VA A PARIR?!- le gritó Sanji

Las orejitas dieron a un pelo rubio y con ellos el cuerpo pequeño de una personita llena de sangre del animal. Sanji e Luffy la miraron detenidamente, la personita estaba intentando quitarse la sangre asqueada y se quitó el higado del animal tirandoselo a Luffy nada más verlo.

-¡Qué asco!- dijo Luffy quitandoselo de la cara- ¿Por qué has hecho eso?- le preguntó mirandola

-¿Dónde estoy?- dijo la personita mirando el lugar

-¿Qué hacias dentro del tiburón?- preguntó curioso Luffy sonriendo

-Oi, oi Liffy tranquilizate- se interpuso Sanji en la combersación-, toma

Sanji le tiró una toalla a la chiquitina y está se limpió rapidamente toda la sangre de su cuerpo, tras haber terminado miró la cocina y andó por ella muy curiosa.

-¿Me vas a decir ya que hacias hay dentro?- dijo impaciente Luffy mirando lo bajita que era- ¿Qué eres?

****

Los piratas miraron el acantilado que daba al mar... por ahí había tiburon realmente peligrosos... No importara si hubiera podido salvarse del golpe... Cuando callera al agua sería su fin, los tiburones se la comerían sin pensarselo.

-Está muerta, dejemosla- dijo uno alejandose de allí

-Tienes razón, he visto como uno de esos tiburones se la comía- dijo otro guardando su espada

-Y aunque no la hubieran comida... habría muerto ya que los usuarios no pueden nadar- dijo un tercero entre risas

Los tres se marcharon de allí riendose, era imposible que siguiera viva. Imposible.

****

-Soka... ¿es Akuma no Mi?- dijo divertido Luffy- Yo tambien soy usuario soy de goma- dijo estirando su cara haciendo que esta se riera

-¿Y cómo te llamas?- le preguntó amablemente Sanji

-Soy Atsuko Joy... pero podeis llamarme A.J- dijo con una sonrisa- ¿Esto es un barco pirata? Pues sosi muy graciosos para serlo...

Robin se dirigió a la cocina a por más café, nada más entrar vió a la pequeñita chica y se sorprendió acercandose a donde ellos. A.J la miró unos segundos y después se escondió en la pierna de Luffy.

-Tranquila no te va a hacer nada- dijo sonriendo Luffy- ¿verdad Robin?- la morena asintió

-Vaya vaya... ¿y quien eres tú pequeña?- le preguntó la arqueologa poniendose a su altura

-Soy A.J- le contestó saliendo de su escondite

La rubia los miró unos segundos... aquel pequeño rato que había pasado con ellos había sido agradable pero... al recordar su aldea su cara cambió por completo a espanto... Tenía que volver a su isla... ahora, sus amigos corrían un grave peligro con esos piratas asesinos allí y ella era la única que podía salvarlos...

-Tengo que marcharme...- dijo A.J secamente

-¿Por qué? ¡Quedate a comer!- gritó animado Luffy- Hoy para comer hay tiburón y a Sanji se le da muy bien cocinar pescado... ¡es su especialidad!

-No Luffy, tengo que irme... mi isla está en peligro y si no vuelvo... Todos mis amigos morirán...- le respondió seriamente- ¡Por favor llevarme a mi isla! No está muy lejos de aquí... solo os pido eso... por favor...- le pidió suplicante

-Pero antes, nos tendrás que decir como llegastes a la tripa de ese tiburón- dijo una voz femenina desde la puerta, se encontraba apoyada en el marco y una sonrisa estaba dibujada en sus labios... había estado escuchando gran parte de la combersación

A.J se sorprendió un poco al verla ahí y después miró a Luffy.

-A.J, te presento a Nami, la navegante. Deberás convencerla a ella si quieres que te llevemos- dijo Luffy decidido

La ojiazul pensó detenidamente lo que le había dicho... la única que podía llevarla a su aldea era esa pelirroja... No tenía otro remedio... Suspiró y decidió contar una larga historia...


viernes, 8 de junio de 2012

Capitulo 4

Dejaron la isla atrás esa misma noche, a Nami ya se le había cargado el log. Sanji estaba algo ido con todo lo que le había pasado aquel día, era cierto que constantemente se liaba con alguna que otra chica de una isla y al día siguiente se iba. No le importaba, ya que, en aquel barco tenía a dos preciosidades con él y en verdad... El no creía en el amor duradero. Se hacía llamar cocinero del amor, principe, el encantador de mujeres pero... solo durante el tiempo que las enamoraba de él y después se las llevaba a la cama. Tras aquello le daba igual si las dejaba solas...
Con Nami y Robin era diferente, eran estrechas y no se dejaban liar con sus encantos, gracias a ella había conseguido "calmar" a sus hormonas y ahora no buscaba tan solo en sexo en las mujeres que conocía de algun modo, bien.
La rubia de ojos rojos... era tan guapa...

-Ni si quiera me sé su nombre...- dijo entre suspiros, en ese instante en la cocina entró Robin

-Hola cocinero-san,- dijo entre una sonrisa- ¿me preparas un café?

-¡Robin-chwan~!-le gritó Sanji mientras bailaba como un pulpo y un corazón salía de su ojo- ¡Ahora mismo!

La arqueologa sonrió.

-Cocinero-san, ¿te pasa algo? Desde que salimos de aquella librería te noto algo... asuente, como en tus pensamientos...

-Ah... pues no, no es nada- respondió mientras preparaba el café

-La morena se rió- ¿Sabes que no sabes mentir?

El cocinero se dió la vuelta y la miró fijamente, esta vez sin bailar como un pulpo o con un corazón en su ojo visible. La miró seriamente, sin decir nada.

-Ya veo... -dijo mientas le servía el café en su taza- La verdad esque... en la librería me encontré con una chica y...

Robin lo entendió a la primera... Asique el problema del rubio era una chica... y tenía que ser una chica muy bonita para que Sanji estuviera tan despistado. Una sonrisa comprensiva salió de sus labios y siguió escuchando al cocinero hasta que terminó.

-¿Era guapa? -le preguntó directamente

-Mucho... ¡Pero Nami-swan y tú sois más guapas~! -dijo bailando como un pulpo olvidandose de la chica- "Tengo que olvidarme de esta chica... No la voy a volver a ver nunca más..."- dijo para sí mismo cuando la morena se marchó de la cocina.

****

Zoro se encontraba durmiendo después de una largo entrenamiento, le encantaba dormir aquellas siestas. Le adentraban en un mundo donde él era el mejor espadachín, Luffy era el rey de los piratas... Pero esa noche no le pasó, en su mente solo estaba aquella pelirrosa comiendose una manzana. ¿¡No podía quitarsela de la cabeza?! Se levantó mosqueado por su "debilidad" y fue a la cocina ya que el embriagador aroma a estofado le decía que la cena, estaba ya casi hecha.
Nada más entrar vió como Luffy pedía a gritos comer y como el cocinero le gritaba que se callase.
Se sentó en su sitio de siempre y espero con impaciencia la cena, como siempre la cena estaba riquisima. Luffy repitió seis veces y Usopp y Chopper tan solo cuatro veces, los demás solo repitieron una vez. Pero no había sobrado nada, cosa que le encantaba a Sanji.

-Sanji, ¿hoy que hay de postre?- preguntó Chopper

-He hecho helado- dijo levantandose y sacando de la nevera unos helados de tarrina con una pinta asombrosa

-¡Yo quiero comer!- gritó Luffy con una enorme baba callendo de su boca

-¡Qué buena pinta tienen! -gritó Usopp

-Tomar, tomar- dijo Sanji mientras le daba los helados a Chopper, Luffy e Usopp

A los dos minutos ya se encontraban saboreando ese frios y dulces helados de sabores el único que ni había cogido la cucharilla para comer era Zoro, estaba mirando el helado con mala cara. Le había tocado el rosa... ¿¡El rosa?! Color de las mujeres, color de las princesas, color de los gays, ¡el color de pelo de esa chica! Sin duda esa cocinero pervertido quería una pelea

-Oi cocinero pervertido, cambiamelo- le ordenó

-Sanji se rió- Ni lo sueñes marimo, te comes ese y punto- dijo mientras comía un poco de su helado de limón

-¡Qué me lo cambies!- gritó frustrado por no poder quitarse a esa ojiazul de su cabeza

-Zoro, si quieres me lo como yo -dijo Luffy comiendo algo despacio su segundo helado

-No- dijo secamente Nami-, ya llevas dos, no vas a comer más.

-¿Por qué?- dijo triste Luffy- Yo quiero helado...

-Te va a hacer daño- objetó Chopper

-Pero...

-Mañana te doy más- le dijo Sanji, después fijó su vista en la de Zoro- ¿No quieres helado?- dijo cansado- pues trae, que lo guardo

Antes de que el espadachín pudiera decir nada, Sanji le había quitado el helado y se dirigía a la cocina a guardarlo. Todos se quedaron algo asombrados... Sanji nunca guardaba la comida que le ponía a los chicos, tenían que comersela sí o sí, pero en ese momento... Le había quitado el helado sin insultarle ni nada... eso dejó algo asombrado a Zoro pero no dijó nada y salió de la cocina.

-¿Qué os pasa hoy a los dos?- preguntó Usopp- Estais muy raros los dos... ni si quiera os habeis peleado...

-¿¡No estareis enfermos verdad?!- dijo espantado el renito

-No tranquilo Chopper, no estamos enfermos- dijo lavando los platos-. Yo al menos, estoy bien

-¡Chopper, Usopp vamos a jugar!- dijo Luffy animado saliendo de la cocina corriendo y tras unos segundos los dos nombrados hicieron el mismo acto

Ya era muy tarde, media noche para ser exactos. Luffy, Usopp y Chopper ya se habían dormido en sus hamacas y Nami ya se había ido al cuarto de las chicas a dormir un poco, Zoro se encontraba en el puesto de vigilante mirando el cielo algo ido, Robin leía un libro en el cuarto de las chicas con un pequeño candelabro y su taza de café al lado y por último, Sanji seguía limpiando la cocina algo despistado. Haciendo la cena había manchado más de lo habitual y ahora esas malditas manchas le habían enfadado.

-Ni cocinar puedo hacer bien- dijo mientras limpiaba la encimera de la cocina que había quedado hecho un asco-, necesito un cigarro

Sacó su paquete de cigarillos y se llevó una a la boca, buscó el mechero y lo encendió rapidamente. Necesitaba ordenar sus pensamientos lo antes posible... Y lo mejor de todo, sería irse a dormir, sí, eso le ayudaría.
Hechó un ultimo vistazo a la cocina, estaba impecable, como si nadie la hubiera estrenado aun, y tras sonreir por que buen trabajo apagó la luz salió de la cocina y mientras terminaba de consumir su cigarrillo miró el mar, se acordó del Baratie... Como hechaba demenos a ese viejo loco... y a los cocineros... Poco a poco el cigarrillo se fue consumiendo hasta que al final, Sanji lo tiró al agua y se fue a dormir.

La siesta que se había echado Zoro antes le había hecho conseguir que no ser durmiera en la horade vigilancia pero esta absorto mirando el cielo...

-"Eres patético Zoro"- dijo para sí una parte de su mente- "Olvidate de esa ladrona ya, mañana entrenaré, dormiré y comeré y se me quitará este molesto pensamiento..." Solo necesito pensar... en otra cosa...- dijo mirando el agua

****


A la mañana siguiente Sanji se había levantado a las siete de la mañana para preparar el desayuno, estaba algo cansado ya que había tardado más de una hora en dormirse y eso... Se notaba, esa misma tarde se tomaría una siesta para poder estar fresca para rendir todo el día. Bostezó y siguió preparando la leche que iban a tomar sus nakamas.
Puso la mesa, cubiertos, platos y tazas dejando la mesa lista para sentarse y servir pero justo cuando iba a servir la leche el barco volcó peligrosamente y toda la leche se le calló al suelo. ¿Qué demonios había pasado? Sin pensarselo dos veces, salió a cubierta...

viernes, 4 de mayo de 2012

Capitulo 3

Robin y Sanji ya habían salido de la librería hace ya bastante tiempo, el rubio había ayudado a la arqueologa con los libros que se había comprado y los de él mismo. Desde que vio a aquella chica de ojos rubí la había tenido en la cabeza todo el rato pero eso no hizo que no se comprara libros, si no que al contrario, se compro cinco pero desde que la perdió de vista... Le daba pena no volver a verla. Era cierto que filteabra con cualquier chica guapa que viera en cualquier isla, se enamora de ellas totalmente y luego no las volvía a ver... sí pero... no le daba pena ni lástima. En cambio con aquella rubia...
No le había dejado hablar en la librería con lo cual solo había podido admirar su belleza y no le había podido decir que era la mujer más hermosa del mundo y que se había enamorado de ella. No pudo...

-¡Robin! ¡Sanji! -les llamó feliz Usopp al ver que volvían de la ciudad- ¡Porfin llegais!

-Sí- dijo Sanji subiendo a la cubierta detrás de Robin- , voy a guardar las bolsas...

-¿Le pasa algo? -preguntó Usopp a Robin tras a ver perdido al cocinero de vista, la arqueologa se encogió de hombros sin saber responder

-A lo mejor está cansado- dedujo Robin marchandose de allí

-Todo el mundo me deja solo...- murmuró Usopp viendo el paisaje- Ese de ahí... ¡Oi Zoro!

**Momentos antes...**

El espadachín seguía y seguía andando pero no pensaba en encontrar a uno de sus nakamas si no más bien pensaba en la chica que estuvo apunto de llevarse su katana... ¿Por qué le daba tantas vueltas? Aquel sake... le había emborrachado demasiado... ¿Cómo era posible que pudiera hipnotizarse con unos ojos bonitos? No, no eran solo bonitos eran...

-"Preciosos..."- pensó Zoro pero al darse cuenta de lo que había dicho se sorprendido- "¿Yo diciendo esa palabra? ¿¡Pero que me pasa?! Maldito sake... tengo que dejar de beber..."

Pero él sabía perfectamente que no iba a dejar de beber, adoraba el sake y esa era una de las cosas más importantes, lo primero estaban sus katanas, luego, su sueño, en tercer lugar, su entrenamiento y por último pero no menos importante, el sake.
Su paso se relentizó uno poco... Zoro estab muy pensativo con aquello que acababa de penser... era cierto que aquellas cuatro cosas eran su vida pero... ¿Podía entrar una mujer en ese primer lugar? Se sintió rídiculo al pensar en esas tonterías... sabía que siendo como era no iba a conseguir esposa. Era cierto que era atractivo fisicamente ya que muchas mujeres se le habían lanzado a él en algunas islas pero si le conocieran psicológicamente... se apartarían de él sin dudarlo. Era cabezota, gruñon, de muy mal humor y solo pensaba en entrenar y dormir... ¿Quien podría aguantarlo? Nadie.

-¿En qué piensas?- le preguntó una voz femenina

Zoro se puso en alerta y buscó con su mirada para ver quien era aquella mujer... Miró arriba y en la rama de un árbol encontró a la chica que antes había intentado robarle su katana...

-¿Qué quieres?- dijo seriamente- Si intentas volver a robarme la katana, lo llevas claro

-Tranquilo... no voy a robartela- dijo tranquilamente mientras jugaba con una manzana que tenía en sus manos

-¿Entonces? ¿Qué quieres?- dijo secamente, aunque le costara quería parecer lo más frio y distante que pudiera... si le hacía entender a la chica que le "atraía"... sería un punto negativo a su favor...

-La pelirrosa suspiro y le dió un mordisco a la manzana dejanso sus labios llenos del jugo de la manzana- Nada...

No entendía nada, Zoro estaba confuso, decidió ignorar y se fue pero antes de que se alejara de ella lo suficiente como para no oirla la ojiazul dijo algo...

-Espero volver a verte... - dijo atractivamente y sin previo aviso desapareció...

Aquello había pasado hace unos minutos y ahora por arte de magía había encontrado el barco... pero estaba tan absorto en esas cuatro palabras que le había dicho que estaba en otro mundo... Sus labios, su boca... podía hacer un mundo de cada parte de su cuerpo...

-¡Oi Zoro!- la voz del franco tirador lo sacó de sus pensamiento y este levantó la vista para buscarlo- ¡Porfin llegas! ¡Venga sube al barco!- le animó el narizón

-Voy, voy- dijo el espadachin acercandose al barco y subiendo a él- ¿Ha venido alguien más?

-Sí, Robin y Sanji

-¿El cocinero estúpido está aquí...?- suspiró- Bueno, me voy a echar la siesta

-Tú siempre durmiendo...- se quejó Usopp

-"Ahora creo que es lo mejor para mí..."- pensó mientras se sentaba en una de las barandillas y cerraba los ojos...

"Lo mejor será olvidarse de ella..." pensarón los dos a la vez


martes, 1 de mayo de 2012

Capitulo 2

Zoro había conseguido perderse cinco veces, una de ellas había conseguido salir de la isla y llegar a un acantilado, en otra en un callejón sin salida, otro callejón sin salida, otra vez el acantilado... y otro callejón.

-¿¡Por qué hay tantos callejones sin salida?!- gritó Zoro mientras volvía a perderse saliendo del pueblo- Odio este maldito pueblo, malditos callejones y maldito...- llega hasta el acantilado- ¿¡POR QUÉ TENGO QUE LLEGAR SIEMPRE AQUÍ?!

Respiró hondo, se había perdido, lo admitía, primer paso superado para conseguir eliminar ese horrible defecto que tenía...
No sabía que hacer... al parecer se había perdido tantas veces que ya no veía el barco... ni si quiera se había encontrado con alguno de sus nakamas... En aquella situación incluso ver al estupido cocinero habría sido una GRAN ayuda para él, pero nada... No los encontraba, odiaba su suerta a veces...´
Dió media vuelta y volvió a intentar encontrar a alguien o a su barco... En su camino se encontró una casa alejada del pueblo, se acercó a ella, no era una casa, era una taberna.

-"Porfín algo bueno"- pensó sonriente mientras entraba allí

Buscó en sus bolsillos y el sonido y el contacto con las monedas le afirmó que sí que tenía dinero, al menos Nami no le había rebuscado en sus bolsillos para ver si tenía algo de su apreciado y amadado dinero... Se sentó en un tabureta que daba a la barra de la taberna, un hombre le atendió y nada más pedir su preciado sake, el hombre le dió una botella llena de aquel licor. Bebió un poco, estaba fuerte, seguramente sería del South Blue... o quizá del West Blue. Le dá otro trago, normalmente la gente que bebiera así el sake, sentiría que su garganta ardía y su estomago tambien pero... llevaba tanto tiempo bebiendo que incluso ese calor en su garganta y su estomago era algo con lo que disfrutaba.
Dejando aparte el sake y su sabor... Zoro miró el local, había gente, en general hombres, hombres borrachos, hombres que a primera vista dan respeto... hombres. Bebió un poco más de su botella y vió a alguien entrar a la taberna, llevaba una capa que le tapaba todo el cuerpo y su cabeza era cubierta por una capucha con la cual no se podía ver si era hombre o mujer... Zoro le restó importancia, alguien que quería beber. Bebió de su sake y miró por la ventana, hacía un bonito día. La persona encapuchada se acercó a la barra y se colocó justo al lado de el peliverde, no dijo ni hizo nada... minutos más tarde el encapuchado se fue en dirección a la puerta.
Zoro ya había terminado su botella, ya había pagado, solo faltaba coger sus katanas y marcharse pero... cuando fue a coger sus tres katanas, solo encontró dos... Le faltaba la de Kuina, la de su amiga muerta, la de su contricante... el tesoro de Zoro. Miró al suelo, a lo mejor se le había caido... no estaba... miró por todas partes, si alguien se la hubiera quitado se habría acercado a él y la unica persona que lo había echo... Miró al encapuchado.

-¡Alto!- le gritó Zoro, pero el encapuchado echó a correr y tras él, el espadachín

El peliverde no podía permitir que ese ladrón le quitara aquella katana, fue más rápido, el ladrón tenía ventaja pero Zoro era más rápido. Entraron en un claro, con la ayuda de los árboles el ladrón consiguió marear al espadachín, pero eso no hizo que este se detuviera estaba apunto de pillarle tan solo tenía que correr un poco.

-"Mierda ya casi me tiene..."- pensó el ladrón mientras corría con la katana en sus manos- " Con la katana no puedo ir más rapido y si uso eso... se me escapará... mierda..."

Tras correr tanto los dos estaban quedandose sin fuerzas en las piernas y el aire era necesario... Llegaron a un enorme claro y tras usar sus últimas fuerzas Zoro pudo agarrar al ladrón del brazo, su agarre fue tan fuerte que la katana calló de las manos del encapuchado y su capucha calló tambien dejando ver su rostro.
Era una mujer... sus ojos eran azules como el cielo, su cabello era de un rosa palido y su piel era blanca. La ladrona se sentía indignada, ¡la habían cogido! Nunca antes alguien la había capturado... Frialdad y seriedad era sus segundo sentimiento ahora y no podía ignorar el dolor que le estaba haciendo aquel chico de ojos negros... De un tirón se soltó que aquel agarre y se alejó de él olvidandose de la katana.

-No vuelvas a tocar esta katana, ¿me has oido?- le dijo con una mirada escalofriante y muy fira

Un pánico que nunca antes había sentido hacia alguien recorrió el cuerpo de la pelirosa... ¿cómo era posible que alguien produciera tanto miedo? Pudo esconderlo con una mirada fria y sin sentimiento alguno. Vió cada movimiento del espadachín, como se agachaba a recoger lo más preciado para él, como en su rostro se mostraba el alivio al ver que su katana no había sufrido daños y como se alejaba de ella. ¿Es qué acaso no le iba a matar por haberle robado la katana? No lo entendía... Pero no iba a quedarse allí a esperar que la matara, aun mirando como se marchaba su cuerpo empezó a desaparecer y a combertirse en aire, no iba a olvidar aquellos ojos negros como el carbón y aquel extraño color de cabello nunca...

Zoro se volvió para verla, no estaba, había desaparecido, volvió a mirar hacia delante y siguió su camino... no sabía como iba a encontrar a sus nakamas pero lo iba a intentar. En su camino de vuelta seguía en su mente aquella chica, no sabía por qué, quizá por el alcohol, pero por unos momentos, nada más verla pensó que aquella chica era realmente hermosa...



domingo, 22 de abril de 2012

Capitulo 1

Explicación: "" cuando se piensa.

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Todo era normal para los Mugiwaras, tras haber dejado atrás Skypie la Banda pasaba una agradable mañana en el barco. Luffy pescaba con Usopp y Chopper, este último escuchaba soprendido las historias que le contaba Usopp y siempre repetía: "¡Usopp eres muy valiente!" Zoro entrenaba en la parte trasera del barco absorto en la frase que siempre repetía; "tengo que ser más y más fuerte". Robin leía un libro en la cubierta sentada en una silla, Nami hacía su mapa de la anterior isla en la que habían estado y Sanji preparaba la comida en la cocina.
Según Nami dentro de muy poco llegarían a una isla, posiblemente aquel día... no lo sabía con exactitud ya que le daba igual llegar antes o más tarde. De comida y agua estaban bien, gracias a Sanji que había amenazado a Luffy de que si intentaba robar aunque sea hielo de la nevera... le dejaría sin comer dos semanas enteras.

-¡Namiiiii!- gritó Luffy- ¡Una isla, una isla!

-No pensé que llegaramos tan pronto...- dijo la navegante saliendo a la cubierta-  "Será por este cambio... el viento... va más fuerte"- pensó mirando el cielo pero le restó importancia

-¡¿Cuándo vamos?!- gritó emocionado Luffy

-A la tarde- le dijo Nami- , ahora vamos a comer

-¡Sanjiiii comida!- gritó Luffy entrando corriendo en la cocina...

Tras haber recuperado fuerzas con la comida de Sanji anclaron en aquella isla y decidieron que iba a hacer cada uno... Luffy se iría junto con Nami y Chopper a visitar un poco la isla, Robin y Sanji irían a comprar libros y algo de comida, nunca se sabía que podía pasar en el Grand Line... , Zoro, iría a dar un paseo por el pueblo ya que según él quedarse en el barco le aburría y Usopp se quedó vigilandolo.

Lo primero que hicieron el rubio y la morena fue ir al mercado, había mucha gente y todos los puestos parecían tener algo realmente bueno según Sanji.

-¿Qué vas a comprar cocinero-san?- le preguntó Robin con una sonrisa

-Necesito carne para Luffy, verduras y café- dijo Sanji- y veré si puedo coger algo de pescado... aunque no sé si podré coger algo bueno...

-¿Por qué?- preguntó la arqueóloga- 

-Normalmente el pescado se vende por las mañanas ya que está fresco pero por las tardes... el pescado no está tan fresco...- le explicó- , será mejor que no coga...

Robin le sonrió y le ayudó con las compras, no tardaron mucho tiempo y tan solo tenían tres bolsas de comida que obviamente llevaba Sanji para que la morena no cargara peso. Aun se podía ver plenamente el sol con lo cual, decidieron ir a una librería a comprar libros para Robin y quizá un libro a Chopper.

-¿Seguro qué no te importa cocinero-san?- le preguntó Robin andando hacia la librería- te veo cargado...

-No, tranquila Robin-chwan- el rubio le sonrió- las bolsas no me pesan y me gustaría ojear algun libro... hacía mucho tiempo que no me compraba uno

-Ya veo- sonrío llegando a la librería

Nada más entrar los dos pudieron respirar el olor a antiguedad, el ambiete era tranquilo, antiguo y con mucha paz. La tienda era muy amplia y había enormes estanterías repletas de libros y mapas, al frente de los dos Mugiwaras se encontraba un hombre mayor colocando unos libros en una estantería detrás de él, la mayor se acercó a él dando pisadas más profundas haciendo que el hombre se diera la vuelta para verla.

-¿En qué puedo ayudarte jovencita?- le preguntó sonriendo

-¿Me podría decir donde está la sección de arqueología?

-Claro, es allí- dijo señalandole el lugar

-Muchas gracias, cocinero-san si necesitas algo estoy en esa sección- dijo alejandose de la entrada y adentrandose entre las estanterias

Sanji se había quedado solo pero no le importaba... la verdad esque aquella librería era bastante acogedora y quería ir a ver que libro podía comprarse. Se acercó al hombre y con amabilidad le preguntó:

-¿Puedo dejar las bolsas aquí? Me gustaría tener las manos libres para leer

-Por supuesto que sí, dejalas aquí y nadie te las quitará yo te las vigilo

-Gracias señor, ¿dónde está la sección de novelas?

-Al final del todo, da con una esquina, hay velas sin encender, si quieres puedes encerlas para leer mejor

-Gracias por todo

El cocinero dejó las bolsas donde le había indicado el hombre y se dirigió al fondo de la librería, las estanterías eran tan altas que tapaban la luz que entraba por el escaparate que tenía el hombre. Ya no había luz natural, la estancia estaba llena de velas protegidas por un cristal para que no quemaran los libros... siguió andando, seguramente había dejado al hombre muy atrás como a unos diez metros... no lo sabía con exactitud. Cuando llegó escuchó un sonido, se tensó, ¿había alguien más en aquella librería? El ruido probenía de detrás de una estantería enorme... la pasó y se encontró con una chica de más o menos un año menor que ella, rubia y de ojos rojos como dos rubies, estaba leyendo la tapa de un libro, lo volvió a dejar en su sitio... no le gustaba. Levantó su vista a la estantería y subió su mirada a una parte de la estantería más alta, la chica se puso de puntillas para intentar cogerlo pero no pudo...

-Maldita altura...- murmuró mirando la estantería y volviendo a ponerse de puntillas...- odio esto...

-Permiteme ayudarte- dijo Sanji poniendose de puntillas y cogiendo el libro- , aquí tienes- le dijo cortesmente

-Vaya... muchas gracias- sonrió- , eres muy amable

-¡No es nada preciosa!-gritó empezando a bailar como un pulpo y con su corazón- ¡Eres muy guapa!

La rubia le pegó con el libro en la cabeza.

-Shhh, no grites- se puso un dedo en sus labios en señal de silencio- , este sitio es muy tranquilo y si gritas se rompe la magia que te une a los libros.

-Perdón- dijo bajando la voz- ¿te gusta leer?

-Mucho- le sonrio y leyó la portada del libro- , gracias por cogerme el libro... llevaba un rato buscandolo y no lo encontraba.

-Por favor, por favor, no hace falta que me des las gracias, si ya me lo estás agradeciendo hablando conmigo- dijo con un corazón en su ojo visible

La chica se sorprendido un poco... aquel chico...