Dejaron la isla atrás esa misma noche, a Nami ya se le había cargado el log. Sanji estaba algo ido con todo lo que le había pasado aquel día, era cierto que constantemente se liaba con alguna que otra chica de una isla y al día siguiente se iba. No le importaba, ya que, en aquel barco tenía a dos preciosidades con él y en verdad... El no creía en el amor duradero. Se hacía llamar cocinero del amor, principe, el encantador de mujeres pero... solo durante el tiempo que las enamoraba de él y después se las llevaba a la cama. Tras aquello le daba igual si las dejaba solas...
Con Nami y Robin era diferente, eran estrechas y no se dejaban liar con sus encantos, gracias a ella había conseguido "calmar" a sus hormonas y ahora no buscaba tan solo en sexo en las mujeres que conocía de algun modo, bien.
La rubia de ojos rojos... era tan guapa...
-Ni si quiera me sé su nombre...- dijo entre suspiros, en ese instante en la cocina entró Robin
-Hola cocinero-san,- dijo entre una sonrisa- ¿me preparas un café?
-¡Robin-chwan~!-le gritó Sanji mientras bailaba como un pulpo y un corazón salía de su ojo- ¡Ahora mismo!
La arqueologa sonrió.
-Cocinero-san, ¿te pasa algo? Desde que salimos de aquella librería te noto algo... asuente, como en tus pensamientos...
-Ah... pues no, no es nada- respondió mientras preparaba el café
-La morena se rió- ¿Sabes que no sabes mentir?
El cocinero se dió la vuelta y la miró fijamente, esta vez sin bailar como un pulpo o con un corazón en su ojo visible. La miró seriamente, sin decir nada.
-Ya veo... -dijo mientas le servía el café en su taza- La verdad esque... en la librería me encontré con una chica y...
Robin lo entendió a la primera... Asique el problema del rubio era una chica... y tenía que ser una chica muy bonita para que Sanji estuviera tan despistado. Una sonrisa comprensiva salió de sus labios y siguió escuchando al cocinero hasta que terminó.
-¿Era guapa? -le preguntó directamente
-Mucho... ¡Pero Nami-swan y tú sois más guapas~! -dijo bailando como un pulpo olvidandose de la chica- "Tengo que olvidarme de esta chica... No la voy a volver a ver nunca más..."- dijo para sí mismo cuando la morena se marchó de la cocina.
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Zoro se encontraba durmiendo después de una largo entrenamiento, le encantaba dormir aquellas siestas. Le adentraban en un mundo donde él era el mejor espadachín, Luffy era el rey de los piratas... Pero esa noche no le pasó, en su mente solo estaba aquella pelirrosa comiendose una manzana. ¿¡No podía quitarsela de la cabeza?! Se levantó mosqueado por su "debilidad" y fue a la cocina ya que el embriagador aroma a estofado le decía que la cena, estaba ya casi hecha.
Nada más entrar vió como Luffy pedía a gritos comer y como el cocinero le gritaba que se callase.
Se sentó en su sitio de siempre y espero con impaciencia la cena, como siempre la cena estaba riquisima. Luffy repitió seis veces y Usopp y Chopper tan solo cuatro veces, los demás solo repitieron una vez. Pero no había sobrado nada, cosa que le encantaba a Sanji.
-Sanji, ¿hoy que hay de postre?- preguntó Chopper
-He hecho helado- dijo levantandose y sacando de la nevera unos helados de tarrina con una pinta asombrosa
-¡Yo quiero comer!- gritó Luffy con una enorme baba callendo de su boca
-¡Qué buena pinta tienen! -gritó Usopp
-Tomar, tomar- dijo Sanji mientras le daba los helados a Chopper, Luffy e Usopp
A los dos minutos ya se encontraban saboreando ese frios y dulces helados de sabores el único que ni había cogido la cucharilla para comer era Zoro, estaba mirando el helado con mala cara. Le había tocado el rosa... ¿¡El rosa?! Color de las mujeres, color de las princesas, color de los gays, ¡el color de pelo de esa chica! Sin duda esa cocinero pervertido quería una pelea
-Oi cocinero pervertido, cambiamelo- le ordenó
-Sanji se rió- Ni lo sueñes marimo, te comes ese y punto- dijo mientras comía un poco de su helado de limón
-¡Qué me lo cambies!- gritó frustrado por no poder quitarse a esa ojiazul de su cabeza
-Zoro, si quieres me lo como yo -dijo Luffy comiendo algo despacio su segundo helado
-No- dijo secamente Nami-, ya llevas dos, no vas a comer más.
-¿Por qué?- dijo triste Luffy- Yo quiero helado...
-Te va a hacer daño- objetó Chopper
-Pero...
-Mañana te doy más- le dijo Sanji, después fijó su vista en la de Zoro- ¿No quieres helado?- dijo cansado- pues trae, que lo guardo
Antes de que el espadachín pudiera decir nada, Sanji le había quitado el helado y se dirigía a la cocina a guardarlo. Todos se quedaron algo asombrados... Sanji nunca guardaba la comida que le ponía a los chicos, tenían que comersela sí o sí, pero en ese momento... Le había quitado el helado sin insultarle ni nada... eso dejó algo asombrado a Zoro pero no dijó nada y salió de la cocina.
-¿Qué os pasa hoy a los dos?- preguntó Usopp- Estais muy raros los dos... ni si quiera os habeis peleado...
-¿¡No estareis enfermos verdad?!- dijo espantado el renito
-No tranquilo Chopper, no estamos enfermos- dijo lavando los platos-. Yo al menos, estoy bien
-¡Chopper, Usopp vamos a jugar!- dijo Luffy animado saliendo de la cocina corriendo y tras unos segundos los dos nombrados hicieron el mismo acto
Ya era muy tarde, media noche para ser exactos. Luffy, Usopp y Chopper ya se habían dormido en sus hamacas y Nami ya se había ido al cuarto de las chicas a dormir un poco, Zoro se encontraba en el puesto de vigilante mirando el cielo algo ido, Robin leía un libro en el cuarto de las chicas con un pequeño candelabro y su taza de café al lado y por último, Sanji seguía limpiando la cocina algo despistado. Haciendo la cena había manchado más de lo habitual y ahora esas malditas manchas le habían enfadado.
-Ni cocinar puedo hacer bien- dijo mientras limpiaba la encimera de la cocina que había quedado hecho un asco-, necesito un cigarro
Sacó su paquete de cigarillos y se llevó una a la boca, buscó el mechero y lo encendió rapidamente. Necesitaba ordenar sus pensamientos lo antes posible... Y lo mejor de todo, sería irse a dormir, sí, eso le ayudaría.
Hechó un ultimo vistazo a la cocina, estaba impecable, como si nadie la hubiera estrenado aun, y tras sonreir por que buen trabajo apagó la luz salió de la cocina y mientras terminaba de consumir su cigarrillo miró el mar, se acordó del Baratie... Como hechaba demenos a ese viejo loco... y a los cocineros... Poco a poco el cigarrillo se fue consumiendo hasta que al final, Sanji lo tiró al agua y se fue a dormir.
La siesta que se había echado Zoro antes le había hecho conseguir que no ser durmiera en la horade vigilancia pero esta absorto mirando el cielo...
-"Eres patético Zoro"- dijo para sí una parte de su mente- "Olvidate de esa ladrona ya, mañana entrenaré, dormiré y comeré y se me quitará este molesto pensamiento..." Solo necesito pensar... en otra cosa...- dijo mirando el agua
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A la mañana siguiente Sanji se había levantado a las siete de la mañana para preparar el desayuno, estaba algo cansado ya que había tardado más de una hora en dormirse y eso... Se notaba, esa misma tarde se tomaría una siesta para poder estar fresca para rendir todo el día. Bostezó y siguió preparando la leche que iban a tomar sus nakamas.
Puso la mesa, cubiertos, platos y tazas dejando la mesa lista para sentarse y servir pero justo cuando iba a servir la leche el barco volcó peligrosamente y toda la leche se le calló al suelo. ¿Qué demonios había pasado? Sin pensarselo dos veces, salió a cubierta...